Hay mucho de ensayo y error en el camino hacia el éxito. Puedo dar fe personalmente de este hecho, habiendo estado yo mismo en el mismo viaje. Era alguien que comenzaba un proyecto con una gran motivación, solo para ver cómo se desvanecía a medida que enfrentaba desafíos y las cosas se ponían difíciles. Acumulé muchas experiencias de rendirme y tener que volver a empezar de nuevo.
Siempre estaba en busca de soluciones rápidas, victorias fáciles, siempre esperando que el éxito llegara fácilmente. Pero con el tiempo y la experiencia, aprendí que esta mentalidad limitada era mi mayor obstáculo para tener éxito.
Hoy quiero compartir 8 duras verdades sobre el éxito, verdades que han dado forma a mi camino y pueden ayudar al tuyo.
La motivación que a menudo buscamos en citas inspiradoras o videos edificantes no es algo en lo que puedas confiar constantemente. La motivación es demasiado vulnerable; Viene y se va. La verdad es que el éxito solo viene con disciplina. Necesitas formar hábitos que te hagan actuar, independientemente de cómo te sientas.
Recuerda, vas a enfrentar contratiempos. Pero es en estos tiempos difíciles cuando tu carácter se pone a prueba y se moldea. El éxito no es un proceso fácil y rápido. Es un viaje que exige su paciencia, tiempo y toda tu atención. Recuerda, cuando las cosas se ponen difíciles, estos son los momentos en que la mayoría de la gente se da por vencida.
Es por eso que no muchas personas tienen éxito. Esperamos que sea un viaje fácil y tranquilo con una motivación infinita. La dura verdad es que tu motivación variará y fracasarás y experimentarás muchas dificultades. Aún así, debes actuar independientemente de cómo te sientas y desarrollar disciplina.
Cambiar continuamente entre ideas solo disminuirá tu energía. En cambio, concéntrate en una tarea específica y profundiza en ella. El éxito no se logra de la noche a la mañana; es la culminación de innumerables horas, días e incluso meses de trabajo constante y concentrado.
Encuentra tu pasión, dedícate a ella y date al menos un año antes de esperar resultados. Recuerda, el camino al éxito es un maratón, no una carrera de velocidad. La dura verdad aquí es que la multitarea no existe; dividir tu atención no te llevará a ninguna parte. Elige algo, apégate a ello y persíguelo.
No hagas evaluaciones antes del primer mes de intentarlo; quédate con lo que elijas durante al menos 1 año. Mantente constante e intenta sin centrarte demasiado en el resultado. Tienes que ser paciente; si quieres tener dinero fácil, éxito fácil y rápido, fracasarás.
En nuestra búsqueda del éxito, a menudo pasamos por alto la importancia de la salud física. El ejercicio no se trata solo de controlar el peso o de estar en forma; también se trata de mejorar tu bienestar psicológico. Estimula la producción de endorfinas, haciéndote sentir más feliz, más centrado y más resistente.
Descuidar el ejercicio físico te hará más susceptible a las enfermedades, la pereza y el fracaso. La dura verdad es que fracasarás si crees que puedes salir adelante sin estar físicamente activo.
La organización es clave para la productividad. Al crear una lista de verificación de prioridades, te aseguras de que tus tareas más importantes se manejen primero, lo que lo ayuda a evitar distracciones. Esta estrategia promueve la integridad personal y genera impulso a medida que te ves completando tus tareas.
Si careces de organización, puedes terminar evitando las tareas desafiantes, lo que dificulta tu crecimiento. Yo solía pasar demasiado tiempo en cosas menos importantes porque eran más fáciles de hacer, evitando las tareas importantes y más difíciles de hacer. Efectivamente, solo hice un pequeño progreso.
La dura verdad es que si no organizas tus días de trabajo, pospondrás las cosas y no te concentrarás en lo que realmente necesitas hacer.
“El éxito no es un accidente. Es trabajo duro, perseverancia, aprendizaje, estudio, sacrificio y sobre todo, amor por lo que estás haciendo o aprendiendo a hacer.” – Pelé.
“Eres el promedio de las 5 personas con las que pasas más tiempo”.
Mira a tus amigos. ¿Son ambiciosos y solidarios? ¿O son complacientes y se ríen de tus objetivos? A veces, tus amigos son los que te derriban, temiendo tu éxito. La dura verdad es que a veces la soledad puede ser el precio que debes pagar por el éxito.
Es fácil perderse en el problema, pero hay que concentrarse en la solución. Si no puedes cambiar la situación, sigue adelante. Quejarse de factores incontrolables solo obstaculizará tu progreso.
La dura verdad es: si constantemente te quejas de cosas como quién es el presidente de tu nación, los impuestos que debes pagar, el clima y el egoísmo de la gente, etc., fracasarás. Concéntrate en las cosas que puedes controlar.
Una cosa es segura. Dudarás de ti mismo. Tendrás el síndrome del impostor. Las afirmaciones son geniales, pero nuevamente, no son sostenibles. Para ser verdaderamente exitoso, necesitas cambiar por dentro. Necesitas construir integridad y confianza interna. Eso significa que superarás tus dudas al hacer las cosas que dijiste que harías.
La duda es normal; puedes usar afirmaciones pero no olvides tu trabajo. Una vez más, la dura verdad es Trabaja, Trabaja, Trabaja, no importa cómo te sientas, supera tus dudas hasta que ya no puedas negar tu valor y lo que puedes hacer.
Reconoce que tienes una mentalidad pobre. Es posible que estés rodeado de personas menos exitosas de lo que aspiras a ser. Reconoce que has sido programado para tener una mentalidad pobre y para resistirte al crecimiento. Para resistir el dinero. Tienes que romper con eso. La dura verdad está aquí; Si no reconoces tu pobre mentalidad, se sabotearás a ti mismo cada vez que veas el éxito.
Mirando hacia atrás, me doy cuenta de cómo mis viejos hábitos de no hacer ejercicio, quejarme, ser inconsistente, andar con amigos de mentalidad pobre y tener una mentalidad deficiente estaban bloqueando mi camino hacia el éxito. Todavía soy un trabajo en progreso, pero tomo estas 8 duras verdades como mi mantra.
Me recuerdo todos los días que el camino hacia el éxito no es fácil, pero que vale la pena. Quiero dejarte con las palabras de Charles Bukowski, que pongo como salvapantallas: “Si vas a intentarlo, ve hasta el final. De lo contrario, ni siquiera empieces”.