Es un hecho que todos queremos construir hábitos, metas que queremos lograr y cosas que queremos cambiar en nuestras vidas. Sin embargo, al otro lado de la moneda, puede ser difícil mantener la motivación y la constancia.
Puedes bloquear tu camino, a veces por completo, y luego te alejas, probablemente pensando mal de ti mismo. Pero, ¿es eso una solución? ¿Es eso realmente algo que crees que deberías aceptar (y probablemente experimentar lo mismo cuando pases a las siguientes acciones)?
No lo es. Sí, a veces es bueno alejarse por un tiempo para aclarar tus pensamientos y tal vez vuelvas a encender algo de motivación. Pero cuando vuelvas a dar el salto, con grandes y altas expectativas, volverás a caer en la misma trampa.
Aquí es donde tienes que darte cuenta de que es bueno pensar en pequeño, solo para empezar de nuevo. No dejes que te engañe cuando digo pequeño, no significa renunciar a tus grandes sueños y ambiciones, porque esta regla te dará resultados increíbles si aplicas este secreto. Y esa es la regla de los 2 minutos.
En La Regla de los 2 Minutos, se establece que cuando comienzas un nuevo hábito o tarea, debes comenzar con una pequeña acción o sección que no tome más de 2 minutos en completarse. Realmente, no más de 2 minutos. La idea detrás de esta regla es que, al comenzar con una tarea pequeña y manejable, se vuelve mucho más fácil generar impulso y superar la barrera de la procrastinación.
Los 2 minutos facilitan el inicio de tus hábitos. Cualquiera puede leer, meditar o guardar algunos platos en dos minutos. Esta es una estrategia poderosa, porque una vez que hayas comenzado a hacer lo correcto, será mucho más fácil continuar.
El objetivo de esto es crear una puerta de enlace que te lleve por un camino que sea más productivo. Se trata de dar pequeños pasos hacia tus objetivos y hacer que sea fácil iniciarlos y mantenerlos con el tiempo.
Es importante que descubras que puedes reducir casi cualquier hábito en esos 2 minutos y que puedes trazar los objetivos de tu hábito clasificándolos en “muy fáciles” a “muy difíciles”.
Aquí tengo algunos ejemplos de tareas:
¿Qué hábitos puedes reducir para que califiquen para la regla de los 2 minutos?
Ve más allá de la idea de que es extraño leer solo una página o doblar una prenda cuando hay un guardarropa que necesita más o menos organización. Desarrollar un hábito no se trata de hacer una sola cosa, sino de dominar el arte de presentarse y de preparase para el panorama general.
Lo primero que necesitas antes de que puedas aprender los detalles más finos sobre un hábito, antes de que incluso puedas mejorar algo, debes establecer un hábito en su forma más básica. James Clear lo deja claro en esta afirmación: “Tienes que estandarizar antes de poder optimizar”.
Esos 2 minutos pueden considerarse un ingrediente secreto de una receta familiar, algo pequeño que lleva a una experiencia mayor, que te hace hacer las cosas geniales que quieres hacer. Al seguir el mismo ritual, haces que sea más fácil entrar en el arduo trabajo de hacerlo.
No solo estás trabajando para lograr una rutina sólida y más amplia, esos 2 minutos también están reforzando el desarrollo de tu identidad y la reformulación de por qué lo estás haciendo. No estarías preocupado por el resultado, pero estás enfocado en convertirte en el tipo de persona que hace determinadas cosas. Quieres leer, pero ¿y si eres un lector? ¿Ves la diferencia aquí?
Si no te he enganchado lo suficiente, aquí te he explicado las ventajas para cuando empieces a aplicar la Regla de los 2 Minutos.
Las tareas más largas y completas tienen una mayor probabilidad de provocar la procrastinación. Al escapar de ese tiempo y dificultad, evitas caer en las trampas de la procrastinación. Simplemente te hace vivir más el momento.
Con la aplicación de la regla de los 2 minutos, no tienes que lidiar con un flujo de trabajo y procesos complejos por los que pasar. Es una implementación inmediata y con un resultado rápido.
Debido a que estás reduciendo el hábito a una pequeña tarea (que es “muy fácil”), permites que se vuelva menos desalentador y mucho más factible. Además, lo hace mucho más agradable.
A través de todas las pequeñas ganancias que estás obteniendo, estás creando una sensación de flujo y esa es tu base para construir esas ganancias. Cada vez que lo hagas, la próxima vez será más fácil. Al generar impulso, está generando un rendimiento máximo.
La regla de los 2 minutos es, como espero que te haya insistido lo suficiente, una estrategia poderosa que está decidida a ayudarte a desarrollar el hábito que finalmente deseas. No importa cuán pequeño sea, intenta imaginarte a la persona en la que te conviertes cuando haces esa pequeña tarea en esos 2 minutos.
Y recuerda, los pequeños pasos llevan a grandes resultados, como copos de nieve formando una bola de nieve y luego no tienes más remedio que rodar. Este es tu impulso.